jueves, 7 de julio de 2011

El escapulario, signo mariano (mayo)

Leonor María Asilis E.


Estamos en el mes de mayo, el cual la Iglesia dedica en especial a la Virgen María.
Uno de sus signos es el escapulario. Veamos su origen y su importancia.
El escapulario fue el don que recibió el general de la Orden, Simón Stock, en 1251, cuando la Virgen se le apareció y le hizo entrega del hábito de la Orden, asegurándole la salvación eterna para todos los que lo llevaran con devoción.
Su Santidad Juan Pablo II envio una carta a los generales de las dos ramas carmelitas, los padres Joseph Chalmers, antigua o «calzada», y Camilo Maccise, reformada por Santa Teresa y San Juan de Avila o «descalza», en la que recuerda que ha confiado a María el tercer milenio en su carta apostólica programática «Novo millennio ineunte».
Con profundo gozo, dice el pontífice, «he sabido que la Orden del Carmen, en sus dos ramas, antigua y reformada, quiere expresar su propio amor filial hacia su Patrona, dedicándole el año 2001, invocada como Flor del Carmelo, Madre y Guía en el camino de la santidad».
Subraya Su Santidad Papa Juan Pablo II que esta devoción mariana expresada «en el humilde signo del escapulario, consiste en la consagración a su Corazón Inmaculado». «De ese modo --añade--, en el corazón se realiza una creciente comunión y familiaridad con la Virgen Santa». Y confirma: se trata de «un tesoro para toda la Iglesia».
Por último, el Santo Padre hace una revelación muy personal: «¡También yo llevo sobre mi corazón, desde hace mucho tiempo, el escapulario del Carmen!».
Este signo aprobado por la Iglesia y propuesto por la Orden Carmelitana como manifestación del amor de María por nosotros y como expresión de confianza filial por parte nuestra en Ella, cuya vida queremos imitar.
Es preciso aclarar que el escapulario del Carmen no es
• ni un objeto para una protección mágica (un amuleto)
• ni una garantía automática de salvación
• ni una dispensa para no vivir las exigencias de la vida cristiana
Al revés, es
•un signo "fuerte" aprobado por la Iglesia desde hace varios siglos, ya
que representa nuestro compromiso de seguir a Jesús como María:
* abiertos a Dios y a su voluntad
* guiados por la fe, por la esperanza y por el amor
* cercanos al prójimo necesitado
* orando constantemente y descubriendo a Dios presente en todas las circunstancias
• un signo que introduce en la familia del Carmelo
• un signo que alimenta la esperanza del encuentro con Dios en la vida eterna bajo la protección de María Santísima.
• El Escapulario lo impone una vez para siempre, un religioso
carmelita u otra persona autorizada.
• El Escapulario es para los cristianos auténticos que viven
conforme a las exigencias evangélicas, reciben los Sacramentos y
profesan una especial devoción a la Santísima Virgen (expresada con el rezo cotidiano de al menos tres Ave Marías).

No hay comentarios:

Publicar un comentario