jueves, 7 de julio de 2011

Semana Santa, la respuesta es nuestra! (domingo ramos)

Semana Santa, la respuesta es nuestra!
Leonor María Asilis E.

En este día, domingo de ramos se inicia la Semana Santa.
Semana mayor, la más importante del año. Por qué? preguntarían algunos. Acaso que muchos se van de juerga y se dispersan en vicios?
Lamentablemente muchos se pierden en esto.
Otros consideran que es Semana Santa porque en ella “ya es costumbre” el que haya que irse para la playa, al campo las montañas o a otro país, sin otro motivo que sea el de unas justas vacaciones.
Finalmente hay otro grupo que sí le da el valor que tiene a la Semana Santa y efectivamente la santifican.
Son las personas que no importando el lugar donde se encuentren vigilan celosamente su actitud interior especialmente en estos días.
El valor de la Semana Santa está en quien le dio el sentido a la vida humana y nuestra respuesta personal a tan gran ofrenda. En Jesús de Nazareth que vivió entre nosotros hace dos mil años y que en un viernes como el que vamos a recordar en esta semana murió en una cruz por tí y por mí para darnos la vida eterna. El, Jesucristo quien vive y fue glorificado por Dios Padre con su resurrección al tercer día, que celebraremos una vez más este domingo de resurrección.
Por el bien de nuestra alma, conviene sobremanera el que vivamos a plenitud el significado de la Semana Santa. Meditar con la Iglesia cada día los acontecimientos de nuestro Redentor. Unidos a El, en oración constante para dejarnos transformar por El en El.
Recibamos su Amor Infinito.
Interioricemos las riquezas de sus enseñanzas, imitemos sus actitudes de perdón, y entrega total. Aprendamos a amar de verdad.
Vienen en este instante a mi memoria algunos momentos fuertes de su vida que jamaquean mi interior. Colgado en la cruz, acusado injustamente pues sólo el bien hizo en este mundo. La gente insultándole, escupiéndole, agrediéndole. Sus amigos olvidándole.
Y sus palabras de defensa para sus enemigos, a la vez que su última cátedra: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”.
Es muy fácil delegar en los judíos lo sufrido por Jesús. Nosotros también lo hemos abandonado. Cada uno de nosotros sabe en qué le hemos fallado. Pero lo importante es que El nos perdona y nos salva. Sencillamente hay que aceptar su amor y su perdón y caminar con El donde nos indique. El es el Camino, la Verdad y la Vida.
Su pasión es un ejemplo de paciencia a la vez que seguridad de alcanzar la gloria.
Pidámosle a nuestra madre María la que estuvo con El al pie de la cruz, la gracia de su intercesión para llegar a serle totalmente fiel.
La respuesta es nuestra!

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