jueves, 7 de julio de 2011

Una nueva actitud (al fin de un año e inicio del nuevo!)

Leonor Asilis


Hoy termina el ____. Día propicio para dar gracias a Dios por lo bueno y por lo malo que en este tiempo hayamos vivido. Así hace el creyente.

Ve la mano de Dios en todo lo que le pasa. Como todos los vivientes, hemos tenido anhelos frustrados y anhelos cumplidos. Entonces, cual debe ser nuestra actitud? La del optimista! Seguir adelante. Ahora nos llega un nuevo ano.

Un tiempo nuevo que debemos ofrecer al Señor. Descubrir cuales son sus propósitos en nuestra vida.

Solicitar de El la ayuda para cumplirlos y por que no? Disfrutar nuestro camino.

Y es que hay quienes olvidan que la felicidad no es solamente llegar a la meta; la felicidad abarca también el proceso de alcanzarla, reconociendo que hacia ella no vamos solos si invitamos a Jesús en esta tarea.

Y es que la esencia de nuestra vida es reconocer que nuestra meta es El y nuestra recompensa también.

Descubriendo el proyecto de vida especial para cada uno de nosotros, ya tenemos la mitad del camino recorrido.

Por tanto, pidámosle a El en este dia, su luz y fuerza para lograrlo.

Felicidades a todos!


A modo de obsequio espiritual, me complace el transcribirles algunas enseñanzas de mejorar nuestra actitud frente a la vida del Santo y Doctor San Francisco de Sales

Ahora, dejemos que sean las mismas palabras de San Francisco de Sales que nos hablen al Corazón:

“Se paciente con todo el mundo, sobre todo contigo mismo”.

Nos sugiere que seamos amables con nosotros mismos, y a la vez nos aconseja que no debemos alarmarnos y desanimarnos con nuestras caídas, sino por el contrario, a levantarnos después de ellas..

En otras palabras, que entendamos de una vez por todas que la caridad hacia nosotros mismos nos conduce hacia la caridad y amabilidad hacia los demás. Se trata por supuesto de cumplir el mandamiento: Amaras a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo.

Cuando la gente se le acercaba angustiada para preguntarle que debían hacer para ser santos, les decía con gran sabiduría:

“No desees ser sino lo que tu eres e intenta serlo a la perfección”.

Insistía:

“La tentación mas frecuente en las personas preocupadas por su progreso espiritual es que bajo el pretexto de una influencia apostólica mas grande, el demonio le hace desear una ocupación distinta a la suya”.

Para hacerle entender esta gran lección a una de sus discípulas, le puso de ejemplo esta fábula: Decía que una vez alguien al ver una linda estatua, se detuvo a hablar con ella.

Le preguntaba que siendo tan bella obra de arte debería de andar por el mundo y conocer sus maravillas. En otras palabras, que se estaba perdiendo de grandezas insospechadas a su imaginación, intentando provocar en la tranquila estatua un sentimiento de inconformidad, lamento y rebeldía.

Sin embargo, cual fue la sorpresa! La estatua, oronda y orgullosa le replico diciendo:

Soy feliz porque mi Creador me hizo como quiso que fuera y me ha colocado donde quería que estuviese y no aspiro nada mas que complacerlo!

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