lunes, 11 de julio de 2011

SAN JOSE: MODELO DE HUMILDAD


Por Leonor Asilis


La Iglesia celebra el 19 de marzo la fiesta de quien fuese el padre adoptivo de nuestro Señor y Salvador Jesús.



San José era descendiente directo del Rey David, origen del cual tuvo razones humanas más que suficientes para haber caído en la tentación del orgullo y arrogancia.



Sin embargo, no fue así. Caracterizado por su gran humildad y sencillez tuvo la gloria de haber obtenido el don inefable de ser custodio del Salvador del mundo.



Era un hombre de Dios, judío fiel a los preceptos divinos, pero sobretodo hombre de oración.


Es llamado el "Santo del silencio" No conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección a su Sagrada Familia. Fue un "escogido" de Dios quien tuvo la gracia de discernir sus mandatos y cumplirlos con fidelidad aunque no siempre fuesen claros.
Sabemos por el Evangelio que pasó muchas vicisitudes, tanto espirituales como materiales pero sacaba fuerzas de lo alto.



Trabajador, sin lugar a dudas, fue un carpintero que obtenía el sustento del sudor de su frente.

Enseño a Jesús su oficio y es de suponer que a pesar de su oficio activo, era un gran contemplativo.



No es para menos! Tenía en su casa dos seres especiales: la llena de gracia y la gracia misma.



Vivía para Ellos y los defendió de tantos peligros!



Desde el anuncio del embarazo de la Virgen, antes de la revelación del Angel en sueños, por amor la defendió de ser lapidada con su silencio.



En el momento del nacimiento, buscando albergue para ellos sufrió los sinsabores del rechazo de los suyos!



Ante el peligro de ser alcanzados por la furia de Herodes, el desasosiego de la huída a Egipto.



Tiempo después, posiblemente ya establecidos y con nueva clientela a su disposición recibe el llamado de volver a su tierra, a empezar de nuevo....



Y aquélla horrible experiencia de haber perdido a Jesús en Jerusalem.

Sin embargo, asumía todas estas pruebas en silencio activo, sin quejas, pero con diligencia.

Cuánto tenemos que aprender de San José!!

Y por qué no? Confiarnos a su patrocinio. Es el padre de Jesús! Y qué hijo no quiere que su padre sea amado? Acaso el Santo de los Santos será peor que nosotros?



Al contrario, creo que Jesús estaría complacido que desde ya le tomemos cariño a quien fue su primer benefactor aquí en la tierra.



Agradezcamos a Dios el don de San José y cobijémonos bajo su sombra.



Santa Teresa, gran devota suya decía de El:

"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo...No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a El se encomiendan...Solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y vera por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devoción..."

Finalizamos estas palabras uniéndonos a una bella oración que le dirigiese el Beato Juan Pablo
Magno:
“San José, contigo y por ti bendecimos al Señor. El te escogió entre todos los hombres para ser el casto esposo de María, para estar cercano al umbral del misterio de la maternidad divina, y, después de Ella, acogerlo en la fe como obra del Espíritu Santo.
Tú diste a Jesús una paternidad legal en la línea del tronco de David.
Tú velaste continuamente sobre la Madre y el Hijo con amoroso cuidado, para asegurarle la vida y permitirle cumplir su destino.
Jesús, el Salvador, se dignó someterse a ti como a un padre, durante su infancia y adolescencia, y recibir de ti el aprendizaje de la vida humana, mientras que tú compartías su vida en la adoración de su misterio.
Tú continúas a su lado.
Sigues protegiendo a toda la Iglesia, la familia que nació de la salvación de Cristo.
Protege especialmente a este pueblo que se ha puesto bajo tu protección.
Ayúdale a acercarse al misterio de Cristo con las disposiciones de fe, sumisión y amor que fueron las tuyas.
Fíjate en las necesidades espirituales y materiales de todos los que recurren a tu intercesión; en particular de las familias y de los pobres de toda clase de pobrezas: por ti ellos están seguros de alcanzar la mirada maternal de María y la mano de Jesús que les ayude”.

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