miércoles, 6 de julio de 2011

Los niños, nuevos apóstoles


Los niños, nuevos apóstoles
Leonor María Asilis E.

El pasado 13 de mayo se cumplió un año más de la aparición de la Virgen en Fátima, Portugal (1917). Recordemos que fueron precisamente a tres niños a quienes la Madre de Jesús y nuestra se manifestó exhortando a la conversión y oración por la paz del mundo.

Gracias al acogimiento de estos niños a la petición de la Virgen para hacer sacrificios y rezar el Rosario, la Virgen pudo salvar a Portugal de la Segunda Guerra Mundial.

El recién beatificado, Padre Pío de Pietrelcina decía: “Los niños salvarán al mundo! Formen nidos de oración de niños!”, y es que el poder de los niños en el mundo del espíritu es inmenso, porque están totalmente abiertos a la acción de la Gracia.

Más, es necesario que sean guiados hacia la Luz, esto es por medio de Jesús y María.
Como explica la Armada Blanca, movimiento de consagración de los niños a la Virgen de Fátima, los niños se guían hacia Jesús con la Comunión y la Adoración Eucarística; y hacia la Virgen con la consagración a su Corazón Inmaculado y con el rezo del rosario.

Los niños que tienen a Jesús en el corazón y el rosario entre sus manos son los pequeños David que enfrentan al mal y lo destruyen. Recordemos que David era apenas un niño cuando se enfrentó y ganó a Goliat, el gran guerrillero filisteo quien buscaba esclavizar al pueblo de Israel.
El Papa Pablo VI habló así a los niños: “Si ustedes rezan, sin duda el Señor los escucha. Su voz inocente posee una fuerza de atracción superior a aquélla de los adultos”.

Nuestro inolvidable papa actual, Su Santidad Juan Pablo II, hoy Beato Juan Pablo Magno profetizó en la audiencia del 17 de agosto de 1994: “Tendremos Apóstoles entre los niños”.

Unámonos a este común interés de propiciar la misericordia del Padre para atraer la paz del mundo con la intercesión de las inocentes almas de estos pequeños y a la vez grandes apóstoles del nuevo milenio y enseñemosles a orar y a acercarse a nuestro Padre bueno y Dios todopoderoso.

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