lunes, 11 de julio de 2011

Gracias, Monseñor Timothy Broglio!

Leonor Asilis

El pasado 2 de enero la Conferencia del Episcopado Dominicano celebro una Solemne Eucaristía concelebrada por todos los obispos de nuestro país.
La razón? Despedida del Sr. Nuncio Apostólico de su Santidad, Benedicto XVI, Monseñor Timothy Broglio.

La eucaristía fue celebrada en la Catedral de Santo Domingo, Primada de América presidida por Su Eminencia Reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodriguez, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y la homilía estuvo a cargo de Monseñor Ramón Benito de la Rosa, Presidente actual de la Conferencia del Episcopado.

El nuncio que es el enviado o representante del Papa como explicaba con detalles Monseñor de la Rosa, se podría entender mejor su función al inspirarnos en Juan el Bautista a quien le preguntaron: “Tu, quien eres? El confeso sin reservas: Yo no soy el Mesías. Soy la voz que grita en el desierto: allanen el camino del Señor.”
Si a un Legado Pontificio (titulo técnico, canónico y oficial del nuncio según nos explicase) le preguntaran sobre su identidad. Diría: Yo soy el representante del Papa. No soy el Papa pero soy su voz.
Monseñor de la Rosa describía de forma magistral las funciones de nuestro Nuncio.
Como Legado Pontificio, Mons. Broglio ejercía una doble misión: una ante la Iglesia de la Republica Dominicana y la otra ante el Gobierno de la Republica Dominicana. Es esta la representación que recibe propiamente el titulo de Nuncio Apostólico.

De Monseñor Broglio nos decía en cuanto a su relación con nuestros obispos: “Participaba fielmente, de manera cercana y con autentico espíritu fraterno, de todas las reuniones de la Conferencia del Episcopado Dominicano con voz, pero sin voto, como lo establecen las normas eclesiásticas. De esta manera prestaba ayuda y luces a los Obispos, pero dejaba en manos nuestras la ultima decisión. En estos casos, su voz era un consejo, no un mandato… Nosotros recordamos con gratitud sus sabias y oportunas intervenciones, que eran siempre muy bien acogidas y que, indiscutiblemente, recibían una atención especial, ya que venían del representante del Papa”.

Al final de la Eucaristía, también Monseñor Timothy Broglio inicio sus palabras de agradecimiento por haber sido tan bien acogido por este pueblo dominicano con las palabras del Salmista:

Como pagare al Señor todo el bien que me ha hecho? (Sal 116,12-13)

Recogemos algunos fragmentos de sus emotivas palabras:

… “Tu has puesto a un servidor en medio de un pueblo noble y acogedor, dándome la misión de hacer presente al Sucesor de pedro tanto entre mis hermanos los Obispos como entre la feligresía del País…

En las Canitas y la Barquita y en los bateyes me has mostrado tu rostro en el de los pobres, abriendo los ojos a lo mucho que hay que hacer para asegurar la dignidad humana, la justicia y la fidelidad al evangelio. En el cardenal y los obispos has mostrado la posibilidad del estudio abierto de los problemas, de la diferencia en puntos de vista y la unidad en el deseo de hacerte conocer”. ..
Asimismo agradeció a los sacerdotes, religiosas y consagradas por su fidelidad hacia el Señor., a los laicos y laicas por su compromiso con la Iglesia. Pidió al Señor para los mismos un aprecio mas hondo de su dignidad bautismal. También agradeció a sus colegas del Cuerpo Diplomático el deseo de ayudar a la republica Dominicana. Alabo a nuestro pueblo diciendo que en todo lugar este pueblo se ha hecho querer. Distinguió las labores de varias instituciones tales como la Casa Rosada, los seminarios, Fe y Alegría, las universidades entre otras..
A nuestro entender las palabras más bonitas fueron las más humildes cuando pide perdón. Citamos:
“Pido perdón por los errores, las fallas y el trabajo todavía no terminado. Tal vez se esperaba otro tipo de representante del Santo Padre. Si he ofendido a alguien o si he dejado sin decir una palabra evangélica, conozco mi debilidad y confío que con tu bondad y presencia continua en la Iglesia repares cualquier vacío”.

Finalizaba sus palabras expresando que en su dormitorio tiene dos banderas, la de los dos pueblos confiados a su ministerio, Republica Dominicana y Puerto Rico las cuales van a tener también su lugar en Washington donde ha sido designado. Allí seguirá incluyendo sus oraciones por nosotros. Confeso dejaría una parte de su corazón aquí y concluyo sus palabras con una cita de San Juan, dejándonos con esta una gran enseñanza:

Ahora, hijitos permanezcan con El, y así, cuando se manifieste, tendremos confianza y no nos avergonzaremos de El, en el día de su venida” (1 Jn, 2,28) Gracias, gracias, gracias.
Queridísimo Monseñor: Nosotros, los dominicanos, también exclamamos al Señor con las palabras del Salmista:

Como pagare al Señor todo el bien que nos ha hecho?
Gracias por su Legado, gracias por su cariño, gracias por su testimonio, gracias por su oración por nosotros.

Lo tenemos, y tendremos siempre en nuestro corazón!

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