jueves, 7 de julio de 2011

MILAGRO EUCARISTICO


MILAGRO EUCARISTICO
Leonor María Asilis

Siempre que comparto sobre la eucaristía hago referencia a una experiencia interior personal que avivó mi fe en ella. Por cierto, que muy sencilla, sin dejar de ser profunda. Leyendo a San Agustín, en una de sus homilías que dirigiese a sus feligreses les decía sobre este sacramento: Es que no se dan cuenta que es a Dios mismo a quien reciben?
Algo en mi interior se movió y creo que asimilé el mensaje.
Son muchos los testimonios hasta de sanación física e interior que se han dado y continuamente llueven a través de la presencia de Jesús sacramentado. Sin embargo, hoy me refiero al primero y más grande de Los milagros Eucarísticos.
Ocurrió en Lanciano,( Italia) en el año 700.
Un monje de la Orden de San Basilio pasaba una crisis de fe. Dudaba de la presencia real de Nuestro Señor Jesús en la Eucaristía. Oraba constantemente para librarse de estas dudas, su sacerdocio se convirtió en rutina, especialmente la celebración de la Santa Misa y para colmar su situación, el ambiente del mundo en que vivía no le ayudaba a fortalecer su fe. Había muchos que negaban la presencia real del Señor en la Eucaristía y cada vez se convencía más, por la lógica humana, de esas herejías.
Una mañana, mientras celebraba la Misa, y siendo fuertemente atacado por la duda, después de haber pronunciado las solemnes palabras de la consagración, vio como la Santa Hostia se convirtió en un círculo de sangre y el vino en sangre visible. Estaba ante un fenómeno sobrenatural visible que le hizo llorar incontrolablemente. Estuvo parado por un largo rato, de espaldas a Los fieles, como era la misa en ese tiempo, pero luego les dijo:
“Oh afortunados testigos a quién el Santísimo Dios, para destruir mi falta de fe, ha querido revelárseles El mismo en este Bendito Sacramento y hacerse visible ante nuestros ojos. Vengan, y maravíllense ante nuestro Dios tan cerca de nosotros.”
Los fieles se acercaron y al presenciar el milagro se convirtieron y contaron por toda la ciudad lo sucedido.
A las distintas investigaciones eclesiásticas siguieron las científicas, llevadas a cabo desde 1574, en 1970-71 y en 1981. En estas últimas, el eminente científico Profesor Odoardo Linoli docente en Anatomía e Histología Patológica y en Química y Microscopía Clínica, con la colaboración del Profesor Bertelli de la Universidad de Sena dieron Los resultados de sus análisis:
La Carne está constituída por el tejido muscular del corazón. La Carne y la Sangre tienen el mismo grupo sanguíneo (AB).
La conservación de la Carne y de la Sangre, dejadas al estado natural por espacio de doce siglos y expuestas a la acción de agentes atmosféricos y biológicos, es de por sí un fenómeno admirable.
Esta manifestación de Jesús es un llamado urgente a que tomemos en serio nuestra vida espiritual y nos acerquemos a El que constantemente nos espera para entregarnos su amor de una manera muy especial en un humilde pedazo de pan.

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