jueves, 7 de julio de 2011

Habacuq, un profeta de este tiempo

Leonor Asilis

En la lectura de hoy el Profeta Habacuq clama a Yahveh pidiendo su auxilio por el peso de muchas calamidades con el temor de no ser escuchado.

Sin embargo, su grito se transforma en consuelo cuando recibe la respuesta de Yahveh diciendole que escriba la vision que le manda. Suponemos con el fin de poder ser comprobada a su tiempo, pues le augura tiempos de dicha y felicidad sin dejar de advertirle que tuviese cuidado con desesperarse pues esta profecia tenia su tiempo de cumplirse y se cumpliria, y que sucumbe quien no tiene el alma recta pero el justo por su fidelidad vivira.

Detengamonos un momento. Esta ultima frase es clave para nuestra vida interior. Y es que evidencia a los que no tienen el alma recta que son aquellos que creen que Dios no es justo y desconfian de su intervencion.

Por esto, la invitacion es a la fidelidad, a seguir tras los pasos de Yahveh, a confiar en El y sobretodo, a esperar en El.

En la segunda lectura, la Segunda Carta a Timoteo, San Pablo le invita y en este discipulo a nosotros a que reavivemos el carisma de Dios que esta en nosotros y nos recuerda que no se nos ha dado un espiritu de timidez sino de fortaleza, de caridad y templanza para que nos lancemos a dar testimonio de nuestro Senor Jesucristo.

En el evangelio, San Lucas nos narra el momento cuando los Apostoles le piden a Jesus que les aumentara la fe. Y el Salvador les da la clave y por supuesto a todos sus seguidores, para ser confiados y agresivos en la fe, diciendoles:

"Si tuviesen fe como un grano de mostaza hubiesen dicho a este sicomoro (arbol) arrancate y plantate en el mar y hubiese obedecido".

Como vemos, estas tres lecturas que escoge nuestra Iglesia para este dia, nos habla de la fe. Fe que es don y gracia pero que a la vez debemos cultivar con nuestra disposicion y confianza.

En verdad, somos hechos de carne y por tanto debiles. En Habacuq vemos el antes y el despues. Si no sentimos como este Profeta, advirtamos que el tiempo de la debilidad pasara si sabemos agarrarnos del Fuerte (Yahveh) y con El atravesaremos las sendas turbulentas que tuviesemos que atravesar para llegar a la meta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario