lunes, 11 de julio de 2011

En el mes de la Familia (Noviembre)

Leonor Asilis

Estamos en el mes de la familia, célula primera y vital de la sociedad.
Ella debe ser la iglesia doméstica que acoja, viva, celebre y anuncie la palabra de Dios.

Todo lo que afecta a la familia es importante, porque es el futuro de la humanidad y por ende es también el futuro de la Iglesia.

La familia dominicana necesita reforzar su educación en valores, sobretodo en la fe. Flagelos tan destructivos como la permisividad, la infidelidad en el matrimonio, la falta de comunicación en la pareja, el abuso verbal llegando tristemente en ocasiones a la agresión física, amenazan con destruir la unión familiar.

Como bien dicen las palabras introductorias de la Exhortación apostólica Familiaris consortio de su Santidad Juan Pablo II: “En un momento histórico en que la familia es objeto de muchas fuerzas que tratan de destruirla o deformarla, la Iglesia, consciente de que el bien de la sociedad y de sí misma está profundamente vinculado al bien de la familia, siente de manera más viva y acuciante su misión de proclamar a todos el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia, asegurando su plena vitalidad, así como su promoción humana y cristiana, contribuyendo de este modo a la renovación de la sociedad y del mismo Pueblo de Dios”.

En este documento se señalan cuatro cometidos generales de la familia:
1) formación de una comunidad de personas;
2) servicio a la vida;
3) participación en el desarrollo de la sociedad;
4) participación en la vida y misión de la Iglesia

Es preciso que la Iglesia domestica y santuario de la vida, sea evangelizada para que a su vez pueda evangelizar.

Se podría preguntar cómo evangeliza una familia. La respuesta es sencilla y contundente. Basta ver una familia que viva el amor entre los esposos y los demás miembros y ya se está anunciando una buena noticia que es lo que significa la palabra “Evangelio”.

Es vivir en una permanente actitud de dar, de servir, de ayudar en las necesidades del otro, de amar y de demostrarlo con los hechos y las palabras.

Definitivamente, esta es la que más nos llena de satisfacción porque Jesús nuestro Señor, nos lo dijo en una ocasión: “Es mejor dar que recibir”. Digo ésto, porque tendemos más fácilmente a una actitud egoísta, de buscar ventajas y beneficios hasta de los que más amamos, marchitando así nuestras relaciones y haciendo que nos encerremos cada vez más en nosotros mismos. Recordemos que nuestro prójimo (significa próximo) más cercano es nuestra familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario